lunes, 30 de septiembre de 2013

Capítulo 10: Cena navideña

Capítulo 10: Cena navideña
Las brujas volaban por la gran sala de banquetes que Cirene había preparado. La iba a matar, pero no tenía porque pasar nada y estaba harta de que ese grupito de seis chicos estuvieran molestándola así que no vió inconveniente alguno en usar su ayuda. Esos idiotas no merecían que gastara su energía para espantarlos. Con lo que Aeryn no contó es que el primo japonés de Lils (Su mejor amiga) y del que llevaba colgada casi un año desde que ella los presentó iba a estar con ellos.
Ese momento de desconcentración lo aprovechó uno de ellos para poner una barrera que evitara el ataque de las brujas que Aeryn invocó. Lo que produció una gran explosión.
«Como entré Ellysse y vea todo este lío Cirene me va a matar por tener que darle más mentiras de lo que ya lo hace» Pensó Aeryn buscando la forma en cómo las brujas que había invocado podrían ayudarla. Al final, desesperada dijo en voz baja
-Ariada, ayuda a tu Elegida a salir del apuro ¿no? -Dijo la chica buscando piedad en ella-
-De eso nada, querida. -Dijo la aludida con un tono de voz muy sereno- Te lo tienes merecido por hacer algo que una Elegida de los Cuatro te pidió que no hicieras
Resopló y ya resignada se acercó a Shin con la intención de replicarle porqué estaba con ellos pero la puerta se abrió y nudo en el estómago se le hizo al pensar que sería Ells. Pero para "alivio" suyo solo era Cirene.
-Mierda. -Dijo con los dientes apretados cuando se dó cuenta que no había hecho irse a las brujas, que seguían volando por encima de los invitados.-
Cirene se acercaba a ella dando pisotones firmes y fuertes a su paso. Esto no le pintaba nada bien a Aeryn. Y que una chica que tenía como cinco años menos que ella la regañara no le hacía mucha gracia, y menos delante de todo el mundo con lo vergonzosa que era.
Pero en el fondo sabía que su Shir llevaba razón. Esta humillación se la buscó ella solita.

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No tenía ni idea de que demonios había pasado con esa explosión. Estaba dando una vuelta por la oscuridad del jardín de la parte de atrás de la casa, con la tentación de fumarse un cigarro que ya llevaba en la boca y encendía con la llama que salía de de su dedo índice cuando  pasó la explosión.
Dió un calada larga y lenta, soltando el humo de la misma forma. No sé inmutó mucho hasta que Dylan recordó quien le dijo Cirene que estaba invitada
«Mierda, Ells» 
Fue corriendo hasta la puerta. Todavía no lo tenía claro. Si era la Ellysse que llevaba como once años buscando desde que se separaron en la Elección. Prometió encontrarla, y cuando entró a esa clase y escuchó como la profesora decía "Ellysse" en la lista el corazón le dió un pequeño vuelco.
Pero entonces pensó. Su Ells era rubia, no morena con la mitad del pelo tintado de rojo, era tímida y desde luego podía decir que ésta Ellysse no tenía pinta de eso. Además, no tenía segundo nombre. Su segundo nombre que tanto le rabiaba que dijera.
Lo tenía claro en ese momento, sentado en el pupitre. No era ella, lo hubiera reconocido ¿no? Pero aún así no pudo evitar que su pequeño atisbo de esperanza saliera a la luz y acabó interrogando a la chica. Y entonces lo vió. Una de las pulseras que llevaban los Elegidos y con el poder que tenían su Shirs grabado en un dibujo. 
«Rayo... Pero no puede ser. Se suponen que los Meshirs superiores tenían a la Meshir de Morgana bajo custodia por peligro de que los Evil Angel la tomaran... »
Pero... ¿Y si se habían equivocado, encerrando a una farsante y Ellysse era la verdadera Meshir de Morgana?
Pero no sabía porque no le reconocía, y eso le desquiciaba demasiado. Lo que le pareció extraño también es que el interrogatorio no lo recordara de dónde sacó la pulsera... Así que quiso comprobar por él mismo si sus sospechas eran ciertas.
Si de verdad era la Elegida de Morgana, cuando un Elegido de Alastor como él la tocara un descarga pasaría por su brazo y ella sentiría un ardor donde la tocara. Esto se debía a la mala relación de sus Shirs desde hace años, pero se podía controlar.
Y su teoría fue cierta. Alastor le dió la regañina de su vida. Él decidió preguntar a su "amiga" que estaba metida en asuntos con los jefes Meshirs. Sí, efectivamente. Esa es Cirene. Pero ella se negó a pasarle información clasificada. Pero aún así bien que utilizó el asunto para hacerle chantaje y que estuviera allí.
Y ahí estaba, en una cena navideña que odia para poder sacarle información. Corriendo a buscar a la que no sabe si es la chica que lleva años buscando aunque sabía que no volvería a verla para ver si está herida.
Se paró en seco. La vió en la puerta, con lo que supuso que eran sus zapatos de tacón en la mano y cruzada de brazos. Parecía enfadada por algún motivo. Agarrada a su brazo estaba una niña pequeña con un vestido rosa que parecía intentar tranquilizarla. Apoyando la espalda en la pared, cerca de ella y con un vestido largo azul oscuro bastante sencillo estaba Sherly. Parecía que también la intentaba tranquilizar. Ponía la misma cara de enfado que ella...
Y él estaba allí, con su traje negro que le venía al ancho y su corbata sin apretar, con las manos en los bolsillos, el cigarro en la boca y su pelo castaño oscuro revuelto. No lo aguntó más.
Se acercó a ellas.
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Estaba enfadada. Realmente enfadada.
Cirene le había prohibido entrar a la sala del banquete para ver que sucedía y convenció a Grace y Sherls para que la retuvieran, ya que era obvio que Ellysse no iba a hacer caso alguno a la prohibición. Sabine entró con Cirene.
Y ahí estaba, como una idiota. Enfadada, cruzada de brazos, descalza sobre la hierba y con los dichosos tacones en una mano. Y Grace cogiéndola del brazo para que se tranquilizara.
Una figura vestida de negro vino veloz hacía ellas. «No podía ser ¿Dylan?» Pensó ella. Tardó unos pocos segundos en reaccionar y levanto el dedo con intención de reñirle y preguntarle donde demonios había estado. Y de paso interrogarle un poco.
Pero el chico no le dió oportunidad. La cogió del brazo, atrayéndola hacía él y la abrazó. Un abrazo muy cálido pero que no llegaba a arderle la piel como en el encontronazo en el instituto.
Ellysse, algo confusa habló al fin:
-¿Se puede saber por qué me abrazas, Dyla-Se interrumpió- digooo Hellsbeak? -Dijo con algunas pausas, correspondiendo con duda al abrazo-
-Dylan la apretó un poco más a él, la soltó para alejarse y dejarle espacio vital- Nada. Cosas de un niño que hace promesas que no puede cumplir -Sonrió de lado, con nostalgia. Recuperó la compostura y se maldijo por haberla abrazado. Intentó cambiar de tema- ¿Que coño ha sido la explosión de antes?
Un poco de pena invadió a Ells. Sabía a que se refería con la promesa, pero... ¿Era buena idea decírselo? Decidió que no por el momento. Y le contestó:
-Pues no lo sé porque la maldita de Cirene no me ha dejado entrar. Es más, me lo ha prohibido y tengo seguratas -Levanta el brazo donde está agarrada Grace y mira la pared donde está apoyada Sherly.-
El chico dió un sonoro suspiro de cansancio. Puso la mano en el pomo y se quedó mirando a Ellysse. Al ver que no no iba dijo bastante borde - ¿Entras o qué? No tenemos todo el día. -Se sacó un cigarro, hizo que saliera una pequeña llama en uno de sus dedos y lo encendió.- Vamos.
Ellysse, ansiosa de ver que narices había pasado ahí dentro abrió la puerta de golpe, ganado la negación de cabeza de Dylan ya que iba a abrirla él al parecer.
Una enorme sala con suelo de madera clara y paredes color violeta se cernían sobre ella. Las cortinas eran del precioso negro que a ella tanto le gustaba. Algunos cuadros de adorno de distintos tamaños con el color de los marcos a juego con las cortinas decoraban la pares. En medio de la sala una mesa larguísima llena de pollos asados, ensaladas,  canapés...
 Giró la cabeza, inspeccionando a la gente de la sala para encontrar a Cirene y Sabine. Pero no encontró exactamente lo que ella esperaba. Estaban Cirene y Sabine, si. Pero lo que no se veía venir es que también estuviera Aeryn, Shi, Abigail, Dan, Allen, Daryl y Joshua. Y que su grupo de amigos y su amiga estuvieran discutiendo. No pudo evitar ir a cotillear.
 -Cirene, eres una maldita manipuladora, mentirosa y egoísta ¡No puedes tenerla en la ignorancia para siempre, su naturaleza saldrá tarde o temprano!- Aeryn tenía los puños apretados, gritándole indignada- ¿Y por qué demonios están estos aquí? -Señaló al grupo de amigos de Ellysse-
-No soy manipuladora, querida. -Sonrío falsamente a la chica, mostrando superioridad.- Se llama tener contactos, cosa que tú no tienes -Remarcó el "tú" de una forma chillona, más que su voz de niña.- No hables de lo que no sabes, ahijada de las brujas. Tengo mis motivos. Siempre los tengo. -Se cruzó de brazos, mirando a los chicos con cara burlona- Esa pregunta tiene fácil respuesta -Apoyo su peso en la pierna derecha-Mírales las muñecas.
Ellysse hizo el mismo movimiento de cabeza que Aeryn, los seis chicos llevaban pulseras como la suya con cosas grabadas. Dan llevaba una luna grabada, Abigail un sol, Allen un imán, Daryl una espada parecida a la que utilizaba un protagonista griego un videojuego que le gustaba a nuestra chica y Shin llevaba una especie de Parca. Estaban todos tan metidos en la conversación que ni se habían dado cuenta de que Dylan y ella habían llegado. Todos menos Sabine, que los miraba con esos ojos oscuros, con calma, cruzada de brazos y mostrándoles esa dentadura perfecta suya.
Aeryn no pudo evitar reír por lo bajo y dijo
- Metal y armas ¿En serio? Cada vez hay más tipos -Negó con la cabeza-
Allen y Daryl protestaron ya que la chica se estaba riendo delante de ellos. Allen, que era el más temperamental de los seis dijo:
-Pues bien que el control del metal a mandado a tus brujitas al otro barrio ¿No? -Se cruzó de brazos, en posición chulesca provocando el enfado de la chica-
-¡Lo mato! -Aeryn se iba directa a por el cuello de Allen, pero por suerte Shin la cogió por la cintura y la levantó, llevándosela a una distancia razonable.- ¡Eran las brujas que más tiempo llevaban conmigo! -Shin se acercó a su oreja, susurrándole algo-
Se escuchó un grito de alguien ya harto de todo esto. En realidad de dos.
-¿QUERÉIS HACER EL FAVOR DE DEJAR DE HACER CASO A COSAS ESTÚPIDAS Y MIRAR DETRÁS VUESTRA, MALDITOS INCOMPETENTES?
Dylan y Sabine gritaron al unísono, exasperados de la situación. Dylan tenía los puños tan apretados que temblaban. Por el contrario, nadie diría que Sabine estaba enfadada de no haber gritado. Seguía con su misma aura de calma de toda la noche. A Ellysse le entró curiosidad por conocerla más profundamente.
Otra voz se alzó sobre las demás, dejando al grupo bastante en shock.
-Por el amor de todos los cuervos. No aguanto tanta tontería e insensatez de meshirs junta. -Dió un suspiro, como si estuviera hasta las narices de todo- Y mucho menos a la maldita testaruda de mi Elegida, su dificultad para desbloquear la mente y poder ayudarle a recordar ¿Yo por qué demonios te elegí? Llego a saber los dolores de cabeza que me ibas a dar y te hago rashir. -Ahora dió una especie de respingo con su respiración.
Todos dijeron a la vez:
-¡¿Morgana?!
Sabine sonrió
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Suspiró.
Siempre eran así. Aeryn y Cirene nunca se llevaron bien. Bueno, la actitud que Cirene pretende tener hace que no le caiga bien a mucha gente. Pero ella vió su otro lado. El que casi nadie podía presumir de haber visto de la Meshir de Meredith.
"El agua, tan en calma y que fue la que nos dió la vida, y cuando menos lo esperas una simple ola gigante puede arrastrar y llevarse con ella todo lo que conoces, a muchos de los que quieres..." Decía una voz en su cabeza.
Giró la cabeza a la derecha. Detrás de todo el grupo estaban Dylan y Ellysse.
Dylan era y ha sido desde siempre muy temperamental. Una caracterísrica de los Elegidos por Alastor.
"El fuego, que sino eres prudente puede acabar contigo sin aviso. Que puede prender tan fácilmente y arrasar con todo si le das la mecha necesaria..." La voz volvió a sonar.
Se los quedó mirando. Esa chica tenía un aura muy peculiar, la había visto muy pocas veces como para recordar de cual de los compañeros de Elvia era. Aunque sabía que la había visto hace ya mucho tiempo. Se le pasó por la cabeza que podría ser Morgana.
Respiró profundamente y mantenió la calma. Siempre la tenía, era lo suyo. Aunque si tenía que decir a alguien cuatro cosas bien dichas se las decía, y no de buenos modales. Supuestamente no podía ser Morgana, ella y su meshir estaban encerradas por si acaso. Pero todo podía ser en esta vida.
Les sonrió, cruzada de brazos, esperando que Cirene se diera cuenta de quién estaba detrás suya. No quería que ellos dos se dieran cuenta que no deberían estar escuchando la discursión.
Ellysse la miró, era Morgana, Sabine estaba definitivamente segura de eso.
"El rayo, que si te alcanza su impacto es casi mortal ,pero si tienes suerte solo significará que hay peligro de tormenta. El elemento más impredecible y con una inestabilidad comparable a la del fuego...
Se hartó, no pudo soportar tanta discusión idiota junta. Al mismo tiempo que Dylan los dos gritaron:
-¿QUERÉIS HACER EL FAVOR DE DEJAR DE HACER CASO A COSAS ESTÚPIDAS Y MIRAR DETRÁS VUESTRA, MALDITOS INCOMPETENTES?

«Por fin se dieron cuenta. Ya era hora. Se ve que soy muy mala con las indirectas» Pensó Sabine algo cansada de estar de pie con los tacones.
Lo que no se esperó fue escuchar una voz femenina que no sabía de donde venía.
Elvia al reconocerla dijo "No puede ser... Morgana"
«Lo sabía. Nunca me olvido del aura de ningún meshir que conozco»
Todos los del grupo se quedaron sorprendidos al darse cuenta de lo mismo que Elvia, Sabine se puso un mechón de su rizado pelo oscuro detrás la oreja, miró su pulsera  y sonrío, mientras que Elvia volvía a decía:
"El aire, el que siempre está en calma, pero que si le enfadas puede transformarse en el más terrible de los tornados, llevando seres vivos y objetos inanimados hasta lo alto del cielo para después dejarlo caer... ¿Verdad, Sabine querida?"
Sabine dió una cabezada imperceptible en forma de afirmación y pasó los dedos por el dibujo de una inofensiva ráfaga de aire de su pulsera.

Capítulo 9: Las nuevas generaciones.

Capítulo 9: Las nuevas generaciones.
Las semanas pasaron. Para Ellysse y sus compañeros de instituto los exámenes finales del trimestre acabaron. Y con ello llegó sus merecidas vacaciones de navidad. Aunque a Sherly le quedaron cuatro y no pasó unas vacaciones muy agradables.
Nuestra chica, al contrario que su mejor amiga, logró aprobarlas todas aunque pasó horas y horas de la madrugada estudiando. Cirene por su parte les mandó un mensaje diciendo que solo le quedó una asignatura. También les propuso quedar las tres juntas y las invitó a la cena de Navidad en su casa.
-Oye, Ells - Sherly pegó un ágil salto desde su cama hacia la de su mejor amiga, apoyando la barbilla en el hombro de ésta para cotillear y rodeándola con sus brazos, en un pequeño abrazo- ¿A ti también  te ha invitado Cirene a la cena?
-Sí, si que lo ha hecho. Y me ha puesto en un problema muy grande -Ellysse dió un suspiro bastante sono mientras que encogía lo hombros- Estoy acostumbrada a tener las cenas navideñas con mi pequeña.
-Oh- Sherly se acordó al instante de quién hablaba su mejor amiga- ¿Grace? Pregúntale a Cirene si la puedes invitar.
-Llevas razón, la llamaré a ver que me dice. -Marcó rápidamente su número, puso el altavoz para que Sherly pudiera escuchar y esperó pacientemente a que lo cogiera.-
"Su pequeña" de la que habla Ellysse es Grace Ponivillan. Tenía trece años por aquel entonces. Una niña de cabello castaño claro por un poco más corto de los hombros que muchos confundían con rubio, ojos marrones verdosos que unas gafas anchas tapaban y bastante alta teniendo en cuenta que a Ellysse le llegaba al hombro. Se conocieron porque sus "padres" y los de ella eran amigos muy cercanos.
Siempre se quedaban ellas dos solas cuando en las cenas navideñas sus padres se ponían a hablar de cosas de mayores y al final Grace se convirtió el hermana pequeña que Ellysse nunca tuvo conforme pasaron los años. A raíz de esto tuvieron la tradición de cenar en esas fechas juntas. Siempre.
-Al fin Cirene contestó al teléfono- Perdón, estaba en la ducha -Dijo medio jadeando por la carrera que se pegó al ir a por el móvil, supuso nuestra chica- ¿Quién es?
-Cirene, soy Ells. Oye, lo de la cena... -Iba a seguir pero Cirene dió un grito de alegría en cuando dijo lo de "cena" y la interrumpió-
- Oh, la cena- Cirene empezó a hablar muy rápido- Váis a venir al final tú y Sherly ¿verdad, verdad, verdad? -Por el tono de voz supuso que la chica estaba haciendole pucheros-
-Sí, pero antes tranquilízate y deja que te pregunte un cosa ¿Va? -El tono de Ells era muy pausado para que su amiga se relajara-
- Vaaaale. -Dió un resoplido rápido para coger aire y siguió hablando- ¿Qué me querías preguntar?
- ¿Puedo llevar a alguien a la cena? Es que tengo una amiga mía y yo la costumbre de cenar juntas en Na- Ells volvió a ser interrumpida por Cirene-
-Oh, claro. Claro que sí. Puedes traerte a quién quieras, y Sherls también. -Parecía hasta aliviada. A Ellysse le dió la sensación de que esperaba algo malo de su pregunta- Además, yo también traeré a una amiga. Os va a encantar, es genial. Pero todavía se le nota un poco el acento ale- Fue esta vez Ells quien interrumpió a Cirene-
-Dice Sherls si tenemos que ir vestidas de alguna manera. La tengo aquí por aquí atrás abrazándome como un koala -No puedo evitar un pequeña risa por lo bajo-
-Típico de ella. -Ella también se rió un poco- Pues teniendo en cuenta que es una cena de gala os tendréis que venir elegantes.
Se oyó a Sherls de fondo diciendo "Especifica elegante, Cirene. Que esta mujer tiene un concepto de «Elegante» muy particular"
-¿Que va a ser elegante? -Preguntó Cirene como si fuera obvio- Elegante es elegante. Llevar un vestido, con un recogido bonito. Eso. -Se quedó callada como si estuviera esperando a que le contestarán, pero al ver que no, preguntó- ¿Que maldito concepto tienes tú de elegante?
-Unos pitillos y una camiseta bonita. Y unas Converse negras, por supuesto. -Nuestra chica dijo esto como si fuera lo más normal del mundo, cosa que hizo que a Cirene le diera algo-
- Por el amor de los Cua- La chica se calló enseguida y siguió rápidamente- digo de Dios. -La chica negó con la cabeza- Ni pregunto cómo es que no has intentado arreglar ese concepto suyo porque lo llevarás intentando desde siempre, Sherls.
Se oyó un "Efectivamente. Es imposible"
Ellysse dió un suspiro de exasperación y se despidió de Cirene. Sherly la obligó, literalmente, a irse a comprar otro vestido. Uno de color lila atado a la cintura y largo.
Nuestra chica se quedó varias veces con las ganas de hacerle el interrogatorio que no pudo a Dylan, pero no le parecía muy adecuado hacerlo cuando Sherly delante así que decidió que esperaría el momento adecuado.
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Cuándo puso los pies de nuevo en el acantilado Dylan estuvo muy tentado de hacer lo típico en las películas de besar el suelo. Pero no pudo hacerlo porque una voz aguda que ya conocía bastante resonó por un pequeño charco de agua que se había hecho en el suelo cuando Dylan fue quitando la nieve de su camino, que se transformó en una pequeña figura femenina de agua.
-Dylan, sabes que estas invitado a la fiesta. He invitado a todos los nuestros y tu no eres menos así que ni se te ocurra no venir. -La voz Cirene parecía decirlo bastante en serio-
Dylan solo dió un resoplido en respuesta.
-Dylan, haz el favor de no pasar de mí, maldito idiota y responde.
- En un tono bastante seco al fin respondió- No voy a fiestas de niñita pequeña que quiere hacer un meeting de Meshirs.
-Oh, por favor. No utilices una palabra que hace como trescientos años que no usa nadie. -Dió un bufido mostrando su molestia- Elegidos, una reunión de Elegidos, o su gran mayoría. -Encogió los hombros por ese pequeño detalle- Y te recuerdo que tengo un año más que tú, Hellsbeak. -Dijo ella con los brazos cruzados y una sonrisa de suficiencia-
- Yo no soy como tus amiguitas, yo me rijo por la edad verdadera no por la mental, Weatherby superdotada.
- Agh, cállate de una vez. Además sé que vendrás -Esta vez sonrió, enseñando los dientes para demostrar más suficiencia-  Vendrás, por ella. Sé que la reconociste de cuando éramos pequeños, en el palacio. Te conozco demasiado como para no saberlo Dylan.
Dylan no volvió a hablar, en su puesto la voz del anciano Alastor retumbó en las cabezas de ambos jóvenes
- Ah, Meredith. Hace siglos que no sé de tu vida. -Por el tono de voz parecía verdaderamente alegre de verla- 
- La voz que supuso Dylan que sería de Meredith dió un bufido, exasperada y dijo lo que recordaría durante años- Alastor, puede que al pobre chico le cuentes toda tu cháchara porque no le queda otra, pero sobre mí no tengo esa obligación. 
Chasqueó la lengua y la figura de agua desapareció, dejando caer todo el agua de golpe al suelo. Lo que hizo que Dylan se mojara bastante y teniendo en cuenta que estaban en pleno diciembre no era muy aconsable, pero aún así tuvo que decirlo:
- Las mujeres no son lo tuyo ¿eh, Alastor? Así no voy a tener nuevas generaciones de ahijados que me llamen 'Tito Dylan, tu eres el elegido de nuestro papaíto' Mal, Alastor. Mal.-Todo esto lo dijo con una risa que no pudo contener mucho más tiempo-
 -Cállate, maldito mocoso. Solo dime que vas a ser sensato y no irás a la cena -Dijo con un tono de voz que hacía notar que estaba harto de las burlas del chico-
-¿Sabes? -Una media sonrisa pícara se puso en sus labios- Creo que llevo demasiado tiempo siendo sensato para ser yo, y no aguantaría ir perdiendo fans.
Y con esto Dylan se metió en la casita de montaña a buscar un traje para la cena.
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Los días antes de el día de navidad fueron extraños. Muchos tíos raros con capuchas negras iban y venían, pero no le dió mucha importancia.
Ellysse acababa de terminar de rizar su cabello mitad negro, mitad rojo cuando tocaron al timbre. Sabía quién iba a estar detrás de la puerta así que corrió a abrir rápidamente.
-Ellyyyyyyyyyy -Una niña con un vestido rosa palabra de honor y un cinturón negro como único adorno se lanzó encima de ella y la abrazó.
-Aw, mi pequeña -La levantó un poco del suelo y la dejó donde estaba. La miró, examinándola- Estas muy bonita, Grace.
-Tú lo estás más, Elly. -Le volvió a dar otro abrazo- ¿Donde era la cena? -La cogió del brazo porque no se sabía el camino. Entonces Ells vió como Grace llevaba la misma pulsera con un copo de nieve. No puedo evitar preguntarle.- Peque ¿De dónde sacaste esta pulsera?
-La niña se quedó mirando a lo que su casi hermana hacía referencia- ¿Esto? Lo tengo desde que nací, Elly. ¿Nunca te fijaste?
«Vale, esto está liándome la...» Pero un dolor de cabeza terrible le evitó pensar. Las mismas imágenes que las de hace un mes volvieron a pasarle, pero esta vez había una escena más.
Era en el jardín del palacio blanco. Donde estaba el único árbol del lugar con sus dos columpios atados a la rama más baja. La escena volvía a verse en primera persona como la última vez.
Estaba jugando con la hierba, hablando aparentemente sola.
-Seguro que a ti te elige uno de los Cuatro. Apuesto lo que quieras a que será Alastor
La imagen se movió a la derecha, pudiendo ver con quién estaba hablando. Un niño de unos seis o siete años. Pelo castaño oscuro y unos ojos azules tan intensos que Ellysse solo se los había visto a una persona en la vida.
«Dylan...»
La escena continuaba:
-Sí, mi familia lleva generaciones siendo Elegidos del Grande del fuego. -El niño dió un suspiro de cansancio- Sino me elige seré su deshonra. -Se quedó pensando un rato, intentado cambiar de tema-  ¿Tú a quien crees que te tocará? Yo digo que uno de los Cuatro, igual que yo.
-Mmm. -La niña estaba indecisa, Ellysse lo sentía- No creo que sea Elegida de ninguno de los Cuatro, pero si fuera posible me gustaría Morgana o Meredith.
-El niño sonrío. Sonrío de la misma forma que nuestra chica vió hacerlo a Dylan. Y no tuvo más dudas de que era él de pequeño. Se acercó a ella y la abrazó con un cariño que ella no había sentido en muchos años- Cuando hagamos la Elección y nos separen... Te prometo que volveremos a encontrarnos, Ellysse. Me da igual cuanto tiempo sea, pero te buscaré. Te buscaré hasta en el centro de La Tierra si es necesario. Te encontrarte y cuando nos veamos, volveré a abrazarte así para que me reconozcas ¿Prometido? -Se separó de ella y le extendió el delgado meñique que en unos años sería todo lo contrario-
-La niña sonrió también durante todo el abrazo. Cruzó su meñique con el de él y dijo- Prometido.
La imagen se disipó y volvió a la realidad. Estaba sentada en el suelo con ambas manos en la sien.
Ellysse se dió cuenta de dos cosas. La primera, que esas imágenes eran algunos sus recuerdos que había perdido. La segunda... que se había equivocado tremendamente con las intenciones del interrogatorio que le hizo Hellsbeak.
-Elly ¿Estás bien? -Grace estaba de cuclillas, mirando como estaba. De pie estaba Sherly, mirando también la escena.-
- Sí -Meneó un poco la cabeza para despejarse.- Solo me mareé un poco -Se levantó torpemente a causa del los tacones que Sherly le hizo ponerse.- ¿Vamos? Una cena navideña nos espera.
Elysse extendió los brazos. Sus amigas captaron la indirecta y se agarró cada una a un brazo. Saliendo las tres amigas por la puerta, de camino a la casa de Cirene.
Siguieron la dirección que venía adjunta en el mensaje. Ells se quedó mirando la casa de arriba a abajo preguntándose si sería esta.
Un chalet que era comparable con una mansión con un jardines enormes se formaban ante ella. Ella se esperaba una cena normal de navidad con sus amigas. Pero al ver esto supo que iba a venir más gente.  Muchísima más.
Pasaron por la puerta en la que Cirene estaba esperando a los invitados, enfundada en un vestido rojo de tirantes con una cinta negra atada a la cintura con un lazo detrás que pegaba con su color de pelo y ojos. Al lado de ella había una chica alta, comparable a la de Ellysse. Cabello negro y rizado desde la raíz hasta el pecho. Ojos marrones muy oscuros, una dentadura blanca y perfecta. Llevaba un vestido negro largo con algunos adornos dorados. Era preciosa, tendría unos 19 años según calculó nuestra chica. Cirene hizo las presentaciones:
-Sabine, estas son Ellysse Birdwhistle, Sherly Dankworth y... -Se quedó mirando a Grace, sin saber que decir- ¿Quién es ella?
- La niña dió un paso adelante con la cabeza bien alta, confiada de sí misma- Yo soy Grace Ponivillan. Ellysse es casi como mi hermana mayor. -Grace se presentó ella sola.-
-Bueno, chicas... -Dijo Cirene para retomar las presentaciones.- Esta es Sabine Munsch, es una muy buena amiga mía. Alemana. Hace solo unos años que se fue de allí, así que todavía se le nota un poco el acento. -Dijo como excusándola por si no la entendían muy bien.-
-La alemana al fin hizo escuchar su voz con el acento que ya avisó Cirene que iba a tener- Un placer conocerlas a las dos. -Dió dos besos a cada una.- Creo que deberíamos ir yendo a la cena que nos ha prepara-
La voz se cortó ya que se superpuso un sonido mayor. Una explosión de algo había ocurrido en la sala de la cena.
Ellysse no tardó en cogerse los bajos del vestido y salir corriendo para ver que había pasado.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Capítulo 8: Paradero Desconocido

Abrió las ventanas y se encontró el ya familiar paisaje rodeado de vegetación que ahora estaba cubierta por nieve de un blanco puro.
Ya era la primera semana de diciembre y se recordaba para sí una y otra vez que ya habrían comenzado los exámenes de final de trimestre y no estaba allí para hacerlos. Comenzaría con el primer trimestre suspenso.
Y todo por culpa de él, sus malditas exigencias y advertencias.
Después de unos minutos mirando a la nada blanca mientras seguía lamentándose de lo anterior, Dylan decidió que era la hora de empezar a moverse.
Se dirigió hacia el armario, donde aún ni había podido colgar toda la ropa. Cogió la maleta donde estaba casi toda su ropa.
La abrió y mientras buscaba algo que le gustara dijo:
-Alastor- Encontró unos vaqueros anchos que parecían gastados y los sacó- Recuérdame por enésima vez por qué me has hecho huir de Haworth y has hecho que tire un trimestre a la basura -Hizo un pequeña pausa y con un gesto de la mano dijo- Otra vez.
-Oh, chico. No me lances reproches ahora. -La voz retumbó por toda la pequeña casa. Dió un suspiro y continuó- Ya te lo dije. No quiero que te acerques a esa chica portadora de-
-"Esa chica" tiene nombre, Alastor- Dylan interrumpió a su interlocutor, con un tono de advertencia.- Ellysse. Se llama Ellysse ¿Te lo deletreo para ver si así se te queda de una maldita vez?
-Estos jóvenes ya no respetáis nada. - Se le notaba un tono de cansancio a la voz- Ni a los Cuatro más mayores.- Carraspeó para hacer notar su desagrado con la actitud del chico y volvió a hablar- Los que portan a Morgana nunca han sido de fiar a lo largo de la historia. Son inestables.
-Dylan alzó una ceja ante los comentarios del viejo Alastor y con voz socarrona soltó cuándo encontró la camiseta negra ajustada con cuello de pico que estaba buscando- ¿Y no será que Morgana te cae fatal, Alastor? ¿Que pasó? -Cogió la camiseta, se la puso y cerró la maleta- ¿Te gustaba de joven y te dió plantón?
-La voz se quedó callada durante largo rato y cuando Dylan empezó a desayunar dijo muy ofendido- No te incumbe en absoluto, maldito crío insolente. ¿Cómo te atreves a hablar-
- ¿Hablarle así a uno de los Cuatro más importantes?- Volvió a alzar la ceja, esta vez con expresión divertida y una sonrisa en la cara- No lo sé, pero por tu reacción parecer ser que he dado en el clavo- Y con eso terminó de devorar su donut de chocolate-
-Alastor desistió. Ignoró completamente a Dylan y solo habló cuándo éste se puso su chaqueta de cuero negra  y salió por la puerta- Chico, te va a tocar volar. Tengo un extraño presentimiento sobre ese pueblo.
-¿Me vas a hacer volar? -Negó con la cabeza varias veces- ¿Estás loco? Me voy a matar. -Empezó a estar bastante inquieto, esa idea no le gustaba nada- ¿Puedo preguntar por qué me llevas a una misión suicida?
-Ya lo verás cuándo estemos volando encima de allí -Dijo cortante para darle una explicación al chico de como podría volar.-
Después del pequeño "encuentro" que Ellysse y Dylan tuvieron en el instituto, Alastor le insistió muchas veces que tenía que irse, que era peligroso. El chico al final le hizo caso, pero solo para que se callara y le dejara en paz. Ahora estaban en una pequeña casa de madera abandonada, en una de las montañas cmás próximas al pueblo. Antes servía de refugio para los alpinistas.
Una vez explicado, Dylan se acercó al acantilado más cercano, lanzó un largo suspiro y con los brazos extendidos como los pájaros, se dejó caer.
Dió una patada al aire y subió muy alto.
Alastor era el que le hacía volar y le llevaba recorriendo las nubes hasta quedar encima de Haworth. Esperó unos segundos y de repente vió puntos amarillos por todo el pueblo, como si estuviera con visión nocturna. Dylan no tardó en preguntar:
-¿Qué se supone que son esos puntos amarillos? -Seguía flotando en el aire, intentado no marearse por la altura que parecía haber cuándo miraba al pueblo-
-Eso son todos los portadores que hay en Haworth. -La voz de Alastor estaba muy neutral y seria, demasiado-
-Pero... -El chico balbuceó cuando se dió cuenta de lo que eso significaba- Más de la mitad del pueblo están en amarillo.
-Eso es, chico... -Dijo Alastor, esta vez tan serio que hasta a Dylan le sorprendió- Porque este pueblo es un maldito refugio de portadores no registrado.
                                                                                                            
Bueno, acá el cáp nuevo. OS recomendaría que volviérais a leer los capítulos anteriores porque más de uno lo he cambiado MUCHO. Y no sé si os habréis dado cuenta de que he borrado un capítulo. Disfruten ^^