sábado, 22 de febrero de 2014

Capítulo 18: Brujas, parcas y reuniones.

Capítulo 18: Brujas, parcas y reuniones.
Después de horas intentando calmarla, Shin lo había conseguido de la manera más sencilla: Haciendo que se tumbara en el césped del jardín de la mansión y que mirase las estrellas. No sabía por qué, si era algo que le relajó en su día a todas la elegidas de las brujas o era algo particular de Aeryn. El caso es que a él también le gustaba las estrellas y todo lo que sea de noche así que se sentó al lado de ella, con las piernas cruzadas como los indios, dejándose caer un poco pero apoyándose con las palmas de las manos en el césped y mirando arriba.
Después de un rato de incómodo de silencio, Aeryn habló ya algo más tranquila:
- ¿Por qué te has tomado tantas molestias para tranquilizarme? - Dijo aún mirando al oscuro cielo punteado de plateado aunque ya empezaba a verse algún tono rosado del sol a lo lejos.- Le hubiera dado unas cuantas bofetadas en la cara y me hubiera quedado agusto.
-Bueno, tú me impediste darle la paliza que llevo años queriendo darle al imbécil de Hugo así que estamos en paz, chirimoya teñida.- Lo último lo dijo con una sonrisa en la cara, aguantándose la risa porque sabía perfectamente como iba a reaccionar la chica a esto.-
-¡Oye! - La chica levantó un poco la espalda para poder daler un golpe en el brazo, que amortiguó la chaqueta de cuero de Shin y que al fin lo miraba.-
-Ay, Aeryn que era broma. -Se llevó la mano donde le había dado el golpe, fingiendo que le ha dolido.-
-Aeryn se quedó mirando al oriental extrañada, pues él era frío y distante. Verlo así de... suelto le sorprendía, pero también la gustaba.- ¿Por qué eres siempre tan frío y distante si puedes estar... así, risueño y alegre?
El japonés suspiró al escuchar la pregunta. Si, normalmente era alguien al que la gente llamaría insensible, pero era todo fachada. El era alegre, bromista, sarcástico incluso.
No obstante, su verdadero lado no salía con gente cerca, o más bien no querría dejarlo salir. Pero con ella se le escapaba sin darse cuenta, como ahora. Decidió que por el momento, no le contaría nada o al menos el por qué.
-No es fácil, Aeryn. Algún día te lo contaré.- Se levató del césped, quitándose como podía los pegotes de tierra y hierba que se le había pegado en las manos.-
-¿Qué no es fácil, Shin? -Se quedó sentada en el suelo, al ver que él se iba.-
-Portar la muerte allá donde vayas aunque no quieras. Eso es difícil.
Le tendió la mano para que se  levantase, de acuerdo con la cortesía de su cultura. Aeryn la agarró y de un tirón se levantó, quitándose la hierba de la ropa.
-Vamos dentro, se estará empezando a notar nuestra ausencia.
                                                                  ~o-o-o~
Dio un portazo, diciéndoles a esos dos imbéciles que si apreciaban su vida saldrían a la sala principal.
Aún quedaban unos cuantos rezagados en la sala, todavía con ganas de fiesta aunque quedaban algunos trozos de hielo esparcidos sin derretirse.
Sherly se quedó en el primer escalón de la escalera que daba a la sala y pegó un grito que resonó por todo el lugar.
-¡Los que sean meshirs que se reunan en la mesa principal, ya!-La morena teñida señaló la larga mesa donde estaban todos los platos de la comida.-
-¿Y tú quién coño te crees que eres para mandarnos cosas, humana? - Un chico que estaba con su grupito cerca de la puerta principal le escupió eso a Sherly.-
Dankworth, que no toleraba que le chulearan, y menos si venía de un gallito de poca monta como ese bajó las escaleras rápidamente y se dirigió donde estaba el chico. Lo señaló con un dedo y un reloj como si fuera de un holograma apareció encima de su cabeza. El reloj, giraba hacia atrás con una velocidad impresionante.
-Soy la elegida de Cronos, así que si no quieres que te deje un segundo de vida te aconsejaría que no fueras tan chulito, no me tocaras los ovarios y colaboraras porque tengo muy poca paciencia, imbécil.
Seguía señalándolo, mientras que el idiota estaba en shock al entender que marcaba el reloj que había aparecido encima suya.
-Ya llevas cinco años, me van a venir de perlas. - Dijo con un tono cantarín.-
-Puta hija de infectados...
Poco tardó Sherls en quitarle otros once años más por el "insulto" aunque ella le daba igual. Solo era una escusa para poder quitarle más tiempo. Ella no era como ellos ni se tomaba a mal que esos engreídos la insultara.
-16 años. Tú sigue oh, su realeza gran sangre original. Me encantará ver como te mueres por gilipollas...
-Vale, vale. Colaboraré. Pero para, por favor. 
La morena dejó de señalarle y una gran corriente de tiempo que tenía color carne pero como si, al igual que el reloj, fuera un holograma. Se fue hacia Sherls y se metió dentro de ella.
<<16 años... Me van a venir muy bien para lo  que se avecina.>>
La discusión había llamado la atención de los demás presentes, que fueron todos alrededor de la mesa a la que la chica había ido tras terminar con el otro imbécil. Por la escalera bajaban Hugo, Dylan y Sabine.
-Cronos me ha hablado, y no ha dicho nada bueno. La guerra es inminente y no todos estaremos en el mismo bando cuando llevemos unas semanas. También me ha advetido de un gran peligro nos acecha y que, actualmente, se dirige hacia a Haworth. Y le importará bien poco cuantos mueran y si el pueblo queda hecho escombros o no.
Sherly se subió a la mesa para proyectar mejor la voz y no tener que escuchar a la gente diciendo "¿Qué?"  y repetir las cosas cuarenta mil veces.
-¿Qué gran peligro? -Sabine preguntó mientras intentaba hacerse paso entre todos a codazos para llegar a la primera fila.-
Dankworth suspiró, sin gustarle la idea de tener que enfrentarse a alguien que  tiene todo el derecho y razones del mundo para querer matar a todos los meshirs.
-...El elegido de la diosa de la Oscuridad.
Varios "Imposible" y "No puede ser" se escucharon entre los oyentes.
<<Lo más probable es que hicieran con él como con Ellysse. Les dijeron que estaba muerto>> Pensó Sherls al ver la reacción de la gran mayoría.
-Pues sí, si puede ser. Vuestros queridísimos jefes meshirs son unos cabrones. Viene aquí por orden de ellos para llevarse a alguien que por fortuna hace horas que ha huido.
-¿Y qué se supone que vamos a hacer para que se largue de aquí, Dankworth?
Hellsbeak asomó por debajo, en un hueco que había entre la gente y se levantó de un salto.
Mientras tanto, Aeryn y Shin entraban. Aeryn con la chupa de cuero del chico puesto por encima que supuso que le habría prestado el chico para que no pasara frío.
Sherly sonrió de oreja a oreja, con astucia y malicia. Se bajó de la mesa y dijo:
-Bueno, tengo un plan.
                                                                          ~o-o-o~
El cuartel no era tan espectacular como la restauración que hicieron a la ciudad, pero servía para su función así que Milena no le dio más importancia y le sacó a las chicas dos sillas metálicas para que se sentaran que pegaban con el gris del cemento de las paredes y suelo, sin decoración alguna.
-Bueno, Weatherby. Te debo una explicación. Aunque debo de reconocer que me sorprende que no me reconocieras, Ciri. -Dijo lu último con una sonrisa cariñosa en los labios.-
Cirene parpadeo sorprendida, sabía que solo ella la llamaba así y por la cara que puso la morena y en sus ojos casi negros supo que entonces lo entendió todo.
-... ¿Tara?. -La mexicana se levantó de la silla de una salto y se acercó a ella hasta quedar cara con cara, notando su mirada.-
-Bingo, así me gusta superdotada mía. - Una sonrisa inocente le salió e inclinó la cabeza un poco, con los ojos cerrados.-
- Pensé que estabas muerta, idiota. -Se le notaba a la morena que tenía ganas de abrazarla, pero no lo hacía  y Milena sabía porque.-
-¿Cuántas pruebas tengo que darte que soy yo para que me creas, Weartheby? Te conozco, te noto a la legua que no te lo crees del todo.
A ver... -La chica hizo memoria unos pocos segundos.- Por ejemplo, me acuerdo que te hicieron el examen de IC cuando tenías 10 años y viniste a casa corriendo para decirme que la del examen estaba loca porque te había salido la nota 20 puntos por encima de lo normal.
También recuerdo que me hiciste jurar y volver a jurar que volvería sana y salva a casa, como el primer año que te acogí en casa no parabas de tener pesadillas y...
-Suficiente. -La morena estaba cabizbaja, con un brazo erguido y la palma de la mano extendida, como signo de que parara.- Te creo, nadie más sabe lo de las pesadillas. -Se puso de puntillas y la abrazó por todos estos meses sin saber de ella.- Maldita sea. Creí que estabas muerta, Tara. No me vuelvas a dar estos sustos, estúpida.
-Ah, ya pasó pequeña. Ya pasó. -La levantó un poco del suelo cuando le devolvió el abrazo y la volvió a dejar en el suelo.-
-¿Qué cirugía extrema te has hecho? Ni pareces tú.
-Bueno, es que... técnicamente estoy muerta, Ciri.
-Y me ibas a explicar como es posible esto ¿No?
-Exactamente. Verás, todos sabíamos que la guerra se estaba acercando y no se podían permitir esperar cinco años a que alguien pudiera ser elegido de Gaia. Así que hicieron lo que no debían...
-Ni me lo digas, nigromancia...
-Exacto, pequeña. Cogieron a una donante, que era Milena, y metieron mi mente en ella.
-Y por eso no dijeron nada de que seguías viva, para no autoincriminarse de practicar nigromancia...
-Milena era trabajadora en la restauración de esta ciudad, me parecía justo acabar lo que ella empezó.
-Oye Tara...
-No, desde hace una semanas Tara ya no existe. Es mejor que siga con mi identidad falsa.
De repente el móvil de Cirene sonó, con una canción de un grupo bastante conocido en México, Oniria e Insomnia de Love of Lesbian.
Miró quién era la persona que llamaba.
-Sherls...
Lo cogió rápidamente y se alejó un poco de Milena y Ellysse. Después de unos minutos vovió con gesto serio.
-¿Ha pasado algo, Cirene?
-Están atacando Haworth, eso pasa. La puta guerra ya ha empezado y no nos habíamos dado cuenta. Han ido a buscarte como ya había supuesto.

Capítulo 17: ...Empecemos.

Capítulo 17: ...Empecemos.
La ciudad le parecía realmente impresionante. Aunque ya hacía unos cuántos años del accidente radioactivo, los meshirs que ahora ocupaban la ciudad a la que los humanos no querían ni acercarse habían hecho un gran trabajo de limpieza y restauración del lugar.
Pequeñas casitas pintorescas de tejas rojas se esparcían por lo que serían las afueras de la ciudad, algunas con espacio suficiente para tener alguna pequeña plantación de flores ya que no se atrevían a plantar cosas comestibles por la radioactividad.
Conforme más se adentraban en la ciudad, más grandes se hacían las casas. Con más plantas de altura que las de las afuera, aunque no pasaban de las 3 plantas para no llamar la atención de algún humano curioso que estuviera con sus prismáticos observando la ciudad radioactiva. Sus colores eran de un gris envejecido, para que pareciera lo más posible a casas abandonadas.
Ya en el centro, todo eran tiendas con aspecto demacrado que poseían carteles publicitarios medio rotos o colgando en el aire que, aunque parecíeran abandonadas, estaban en perfecto funcionamiento e incluso había un cine que también usaban como teatro.
Ellysse estaba realmente sorprendida, girando la cabeza de una lado a otro para ver el aspecto de la ciudad. En historia, el señor Firesun les puso varias veces vídeos de informativos comentado el desastre nuclear y la verdad es que no se parecía en nada a lo que estaba viendo ahora mismo.
-¿Qué?- Milena giró sonriente la cabeza al ver por el rabillo del ojo los movimientos de cabeza de Ellysse de un lado a otro mientras avanzaban por la ciudad.- Nada mal para ser una de las ciudades más peligrosas de la Tierra para la salud ¿eh? -Se notaba el tono de orgullo de la pelirroja por haber conseguido tan buenos resultados.- Es genial ser el refugio más grande de toda Europa y que aún así ser un refugio no registrado ya que solo los que viven aquí y unos muy pocos afortunados saben de su existencia.
-¿Qué demonios es un refugio no registrado?  -Ellysse miró a Cirene, parpadeando un par de veces con claros destellos en los ojos en que esperaba de la chica una respuesta o explicación del significado.-
Cirene suspiró, recordando su ignorancia sobre el que ahora era su nuevo mundo, o eso suponía la morena-pelirroja al ver su gesto. La chica carraspeó un par de veces y empezó a hablar.
-Los meshirs tenemos algo así como "pueblos" por decirlo así, esparcidos por todo el mundo en el que la gran mayoría de la población de esos sitios son de nuestra raza. Aunque siempre hay alguna familia humana que sabe de nuestra existencia y se les permite vivir ahí ya que nos respetan.
De estos "pueblos" solo el 2% son conocidos por los jefes meshirs y apuntados como "pueblo" meshir en un registro. El otro 98% son como esto. -Alzó los brazos, para hacer referencia al lugar en el que se hallaban.- Refugios de los que los jefes meshir no tienen ni idea y mucho menos están apuntados como territorio nuestro. Y cuanto menos se sepa que existen, mejor.
-Después de una pausa, giró la cabeza para ver la cara de Ellysse al asimilar tanta información. Torció el gesto en una sonrisa maliciosa para después hablar algo más.- La verdad es que tengo que reconocer que con Haworth hicieron también un trabajo excelente, escondido entre las montañas y los frondosos bosques con la frontera de Gales. De verdad me creí durante unos días que era un pueblo humano cualquiera de estos perdidos en la montaña.
- Espera... -Ellysse repitió las palabras de la morena en su cabeza varias veces, intentando asimilarlas. ¿Haworth es un refugio no registrado también?
-Oh, venga. Por favor, no me irás a decir que es una casualidad que en un pueblo estemos Hellsbeak, la idiota de Aeryn, tus amiguitos con los que quedabas, Sherls...
-Ellysse soltó un grito, interrumpiendo a Weatherby, que iba para un "¿Qué?" pero se quedó en el camino y acabó en un molesto berrido por la gran sorpresa. Con la boca abierta por no esperarse escuchar eso, se acercó a Cirene y sin poder evitar gritar, dijo.- ¡¿Sherls es una meshir?!
-Ups, mi querida Sherl va a matarme por habértelo dicho. -Se llevó unos cuantos dedos a los labios, escondiendo su sonrisa más inocente que tantas veces había practicado.-
-Venga vosotras dos. -Milena se puso seria y cruzó las brazos echándoles una mirada fría con ese ligero marrón de Gaia para cortar la conversación.- Vendréis a nuestro cuartel, le debo a la pequeña Weatherby una explicación de que hago con el shir de la fallecida Tara cuando solo hace unas semanas de ello. Y como he conseguido un shir con 20 años. -Se dió la vuelta, dándole la espalda a las dos chicas y empezó a caminar, dejando solo el sonido de sus tacones chocando contra el suelo.-
Nadie se dio cuenta que a miles de kilómetros de allí, las nubes se tornaban negras. De un negro que no podrían presagiar nada bueno.
                                                                                  ~o-o-o~
Estaban inquietas, pero aún así le trajeron ropa nueva. Después de 15 años, obviamente la ropa le venía pequeña. Le trajeron unos vaqueros negros, unas botas militares negras y con detalles plateados a juego con la camisa, que tenía los botones plateados con unos bordados del mismo color en el final de las mangas. Por último, una gabardina de color rojo que le llegaba hasta algo más de las rodillas, con algunas correas negras de adorno.
Se la puso con cautela, aunque no podía ver como le quedaba le gustaba su tacto y no se la quitaría en mucho tiempo. Registró los bolsillos y encontró unas gafas de sol.
<< Me vendrán bien, llevar tanto sin ver luz y de repente verla de golpe puede dañarme la vista... más.>> Pensó el chico, que sabía que su vista nunca volvería a ser la misma de cuando era pequeño. Los 15 años a la oscuridad habían pasado factura.
-Tranquilas ¿Quieren? - Dijo el peliblanco girándose un poco para mirar donde suponía que estaban las inquietas sombras.- Saldremos enseguida, cuando los hijos de perra de los jefes meshirs nos den la señal.
-¿Cómo puedes unirte a los que te depararon a tal cruel destino como es este, Lance?- Una voz suave, de mujer resonó en su cabeza aunque estaba ya acostumbrado al tono maligno en ella.-
- ¿Nunca ha oído eso de unirse al enemigo y cuando más confiado esté darle la puñalada, Madre? -Lance negó la cabeza, rodando hacia dentro los ojos al escuchar su nombre de Nix.- Y no me llame más Lance ¿Quiere? Ya no soy ese niño.
La diosa dio una pequeña carcajada al notar la determinación en lo que su elegido había dicho respecto a su nombre.- ¿Y como quieres que te llame entonces, querido? No sé otro nombre para tí que no sea el que tus padres te pusieron, Lance.
- El chico lo pensó unos segundos, repasando mentalmente los pocos nombres que se sabía y cuando al fin se decidió, dijo firme y sin temblarle el habla.- Kyllan. A partir de ahora seré conocido como Kyllan Huntblood.
 Antes de que la diosa de la Oscuridad pudiera responderle un chirrido estridente proveniente de fuera se escuchó por todo el territorrio.
<<Los jefes meshirs... Cabrones, no sabéis la que os espera>> El chico sonrió de manera grotesca al imaginar su venganza que había maquinado miles de veces en su mente.-
-.¡Sombras! ... Empecemos, amigas mías.
Todas las sombras se difumaron, dejando a la vista el claro cielo que llevaba años sin ver. Aún con las gafas de sol, le resultaba algo molesto. Una de las sombras se puso bajo sus pies, como si él fuera en una tabla de surf pero completamente erguido y sin caerse. Todas las sombras iban directas hacia abajo, para traspasar las nubes, haciendo que estas se tornaran de negro.
-Supongo nos tocará a nosotros empezar con esto, tsk. -Dijo mientras se lanzaban rápidamente hacia Haworth.-
La Quinta Guerra Elemental había comenzado.

sábado, 8 de febrero de 2014

Capítulo 16: Chernobyl, la ciudad de desaparecidos nocturnos.

Capítulo 16: Chernobyl, la ciudad de desaparecidos nocturnos. 

Era ya de madrugada cuando el avión aterrizó y llegaron al aeropuerto de una ciudad con un nombre que ni sabía pronunciar.  Los años en México habían pasado factura a su inglés americano y, aunque aún entendía algo, había perdido mucha práctica con el inglés en todas sus destrezas.
Antes de coger el avión a este lugar innombrable, Cirene llamó a un contacto suyo que las guiara ya que ni ella ni Ellysse habían estado nunca en Eurpoa del Este. Con el poco inglés que se le había quedado entendió que su contacto estaría esperándolas en la salida del aeropuerto, pero...
Cuando llegaron no vieron a nadie más que a los demás pasajeros del avión saliendo con sus maletas. Cirene agarró a Ellysse de la muñeca para no separarse y entonces la vió, cuando estaba a punto de salir del complejo. 
Una chica de estatura media, aunque llevaba unas simples tacones negros de aguja. Era tan pelirroja que parecía rubia y no se libraba de unas cuantas pecas esparcidas por su cara blanca. Su pelo pelirrojo casi le caía hasta la cintura, con algunos mechones ondulados al final. Compuesta de una camisa blanca de manga larga, una falda negra básica como las de oficinistas y una finas media color carne hizo que a Cirene le entrara más frío del que ya tenía con sus 4 capas de abrigos polares. Cuando se acercaron más pudo distinguir que sus ojos eran de un verde azulado. Verdes por la partes alejada del iris que se iba haciendo azul conforme se acercaba al iris.
<< ¿Como se llamaba? Melania... O Milena. Creo que diré Milena, suena más... Raro.>>
-¿Milena? -Preguntó aún no muy segura de que ese fuera su nombre.-
-La chica giró la cabeza, mirando a las dos que habían llamado su atención con ojos curiosos. Habló con un tono bien típico ruso, pronunciando las "r" mucho.- Tú debes ser Cirene Weatherby. Milena Czukevich, un placer. Seguidme las dos, tenemos un coche esperando para ir a Chernobyl.
Entonces Cirene lo vió, un aura algo marrón que no estaba en sus ojos antes. Un aura que conocía muy bien de alguien que se había ido, supuestamente...
-No puede ser... Tara está muerta hace menos de un mes. ¿Como puede ser que tengas a Gaia?
La pelirroja sonrió sin hacer caso de la pregunta y se dirigió al coche que estaba esperándolas, mirando la pulsera que hace unas semanas pertenecía a la Elegida de la Tierra.
                                                                       ~o-o-o~
Ya hacía horas que sus dos mejores amigas se habían ido. Y la habían dejado sola, con el idiota de Hellsbeak quejándose a Hugo. Por suerte no todos los meshirs eran unos cabeza huecas como esos dos y Sabine tenía algo más de sentido común, aunque se había llevado a Grace a una habitación para arroparla porque ya era bien tarde.
Soltó un suspiro de cansancio por tener que escuchar a los dos idiotas hablando cuando una voz ronca y grave resonó en su cabeza.
-Dankworth.
-<< Hombre, hoy estás hablador viejo.>> -Dijo Sherly en su mente, intentando disimular su sorpresa de que Cronos le hablara cuando las pocas veces que había hablado, ella había comenzado la conversación.-
-Menos cachondeo, Dankworth. Te recuerdo que soy más que un Dios. Soy uno de los Titanes. Uno de los primeros.
- <<Ya, ya. Si hablas es que es algo importante. ¿Qué pasa?>>
-Los Dioses están removidos, Dankworth. Todos sabemos que se avecina y para desgracia nuestra no todos váis a ser del mismo bando.
-<< Yo no soy uno de esos cabrones después de como me trataron el Día de la Elección>>
-Oh, bueno. No serás una meshir de linaje original pero tú eres la Elegida del Tiempo después de 200 años en los que ninguno de los" grandísimos" de linaje original lo lograra.
- <<Si no fuera porque sé como eres diría que me estás defendiendo, Cronos.>>
- Bueno, si te elegí fue por algo. Recuerda, todos tendréis que elegir. Sea del linaje que sea. Y quería advertirte de algo.
- <<Suéltalo, Cronos.>>
-Es algo complicado... Será más fácil de entender si lo cuento como una historia:
  " Hace 15 años, en un Día de la Elección como cualquier otro, un niño de cabello algo rizado y gris como la ceniza fue llamado a ser Elegido. El niño era algo... reservado, e incluso tímido. Pero se dirgió a la sala con paso firme, sin miedo. Era una de las cualidades que nadie sabía del chico, era valiente. El viejo le ayudó a subir y mentiría si no dijera que me llamó la atención, pero no. Había algo que no me convencía del todo.
Pero hubo uno de los Dioses que vió en el su potencial, pero por desgracia para el niño esto sería su perdición y cambio radical de todo lo que conocía hasta ahora.
La llama salió negra como el carbón. Fue elegido por la Diosa de la Oscuridad y la Noche, Nix.
Los jefes meshirs se reunieron en el santuario para descutir con los dioses que hacer con el niño. Varios como Meredith, Azrael y yo no estuvimos de acuerdo. Pero la mala fama de los Elegidos de la Oscuridad nos ganó y le mandaron al peor sitio posible. Al territorio de los rashir, como si él fuera uno de ellos. No se merecía acabar así."
- <<... Así me das más motivo para que me déis Dioses y meshirs asco. Sin ofender, tú eres de los pocos que te libras. ¿Y toda esta historia para...?>> -Pensó Sherly, cogiéndole en su interior mucho más asco del que ya les tenía a sus "compañeros" y pensando que lo que le pasó al niño fue injusto.-
Es de las pocas cosas que no podré perdonarme por no conseguir convencerlos.- Por un momento el Dios parecía apenado de verdad.-  Esta historia viene porque hemos notado un aura más... oscura de lo normal en el territorio de los rashirs y tenemos la sospecha de que puede ser él, planeando algo con ansias de venganza y me gustaría que estuvieras atenta por si notas algo parecido."

- << Me fijaré, no te preocupes. Pero...>> -Sherly cogió aire y gritó bien alto, ya harta de escuchar el murmullo de Hugo y Dylan todo el rato que estuvo hablando con Cronos.- ¡Si estos dos imbéciles se callan puede que me concentre con mayor facilidad!
Y como si los Dioses le hubieran hecho caso, de repente los dos se callaron. Sherly se dió la vuelta con sonrisa triunfante para mirarlos y vió a Dylan y Hugo flotando dentro de un torbellimo, con las manos en la garganta en una notable señal de que no podían respirar. Cerca de ellos, una sonriente Sabine controlaba el torbellino con una mano.
-¿Alguien pidió silencio?
Una cosa le quedó clara a Sherly esa noche, Sabine le caía bien.
                                                                       ~o-o-o~
Negro.
Eso es lo que ha visto desde los 6 años. Negrura. Dudas. Desesperación. Odio.
Pero ahora lo tenía todo planeado. Ya no volvería a ver esta negrura, por fin las dejaría libres. Ellas, sus únicas amigas. Y la mujer que las controlaba. Ellos tampoco eran sus amigos, pero juntos podrían vencer a los que llevan años discriminándoles. Por ser diferentes. Por algo en el que ninguno de ellos pudo decidir. Se lo impusieron. 
Ahora todo iba a cambiar, las dejará libres. Las controlará y dejará que los engulla a todos y los aplaste, como los discriminadores habían hecho con su vida. Hace 15 años.
Las sombras, ellas eran sus únicas amigas.
                                                                            ~o-o-o~
3 horas después de montar en el coche y un silencio de los más incómodo, Milena y las otra dos chicas salieron del coche.
Le había hecho gracia la sorpresa de Cirene al verla la tenue aura marrón en sus ojos. Era lo malo de ser Elegida de la Tierra y tener los ojos claros.
Se paró de golpe, viendo la ciudad radioactiva a lo lejos. Extendió un brazos para hacer que Cirene y Ellysse se parasen.
-Quedaos quietas ahí, somos meshirs pero no inmunes a la radioactividad. -Conforme acabó de hablar se agachó, juntó sus manos y luego las puso en el suelo, creando una capa protectora de tierra.- Listo. Venid.
Las chicas estaban detrás suyo, conforme se acercaban se iba oscureciendo el cielo.
<< Bendita la hora que entre todos creamos la capa ilusioria.>>
Al llegar, cientos de meshirs las esperaban, unos sonrientes, otros de brazos cruzados con rostro expectante.
Milena abró los brazos y dio media vuelta para mirar a las chicas, que estaban algo atónitas.
-Bienvenidas a Chernobyl,  la ciudad de los desaparecidos nocturnos.

Capítulo 15: Investigaciones

Capítulo 15: Investigaciones
Se le acababa el tiempo, con un poco de suerte Hellsbeak y Lawlife estaban muertos y eso le daría un poco más de tiempo para poder escapar con tranquilidad. Pero no podía confiarse, si habían conseguido sobrevivir, no tardarían en chivarse al primero que pillaran.
Cirene había dejado inconsciente a Ellysse de un golpe seco en la nuca. Así sería más fácil llevarla y no molestaría con sus preguntas. Preguntaba demasiado, pero como ella misma decía "La curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo"
Las Cuatro Guerras Elementales... Aún Meredith las recordaba y gracias a ella esos recuerdos inundaban su cabeza también. A Los Cuatro Grandes se les llama así porque por cada uno de ellos, se provocó una guerra. Sus guerras también influían en el mundo humano.
La Primera Guerra Elemental, esa fue por culpa de Elvia. Ella fue la que incitó a los meshirs a la revolución que daría pie a la guerra de meshirs contra los humanos por ser discriminados por estos. Sabían que humanos y meshirs no podían vivir juntos cuando los crearon, pero aun así quisieron probar suerte. En esta época fue dada la conocida etapa de "La Masacre De La Vida"  Donde Tab, que era novato y lleno de ira por ver que las vidas humanas que protegía se volvían contra su elegido decidió quitarlas.
Con esta guerra desconocida por los humanos, estos dieron fin a su conocida etapa llamada "Prehistoria" y dejó a la humanidad en grave peligro de extinción.
 Cirene sacudió la cabeza para despejarse. No tenía tiempo para ponerse a profundizar en historia.
Sonrió de oreja a oreja. Se le daba muy bien ocultar la presencia de Cronos, pero nunca podría ocultar la suya propia, derrochaba demasiada esencia... única para Cirene. Cuando se dio cuenta, Sherly estaba a su lado, cogiéndola del brazo.
-¡Sher! -Alzó los brazos, fingiendo sorpresa.- ¿Has vuelto a las andadas con tu poder, mi amor?
-Sabes de sobra por qué no quiero utilizarlo, Cir. -Se echó la larga melena para atrás, dando un resoplido de fastidio.- Estoy usando lo de un año en un puto día para saber qué demonios tramas hacer con ella, no hagas que lo haya perdido en vano.
- Nos engañaron, Sherly. A todos. -Cirene se giró, dirigiendo su mirada a la ahora inmóvil Ellysse.- Los Meshirs superiores quieren romper con la profecía, por eso la encerraron en cuando se enteraron que Morgana era su Shir.
-Nos dijeron que había muerto, que no superó las pruebas iniciales...
-Eso os lo dijeron a vosotros. A los trabajadores de la Central nos obligaron a no hablar de esto con nadie. Pero, ja -Se llevó la mano derecha al costado, haciendo como si se partiese.- Al año también nos dijeron que había muerto por estar en esas condiciones, encerrada a tan temprana edad.
- Sherly se llevó una mano a la barbilla y entonces todo le encajó.- ...Pero la dieron en adopción a una familia humana para que nadie pudiera rastrear su apellido meshir. Hijos de puta, hay corrupción hasta en el mundo meshir. ¿Qué decía la profecía? Llevo demasiados años sin saber de este mundo.
-La profecía decía que 1683 años después de la última guerra elemental una niña rubia nacería y sería la Elegida de la vencedora del causante de esta, que provocaría por lo que luchó 1683 años atrás. -Cogió aire ya que lo había dicho de carrerilla.- Nos hacen aprendernos las más próximas en las prácticas para trabajar en la Central.
- Vale, se sobre supone que la shir es Morgana, pero ¿Quién fue el causante de la Cuarta Guerra Elemental? -Se quedó mirando a Cirene, que la miraba como diciendo "¿En serio no te lo sabes?".- Ya, ya sé que es cultura general para los meshirs, pero ya sabes que yo he sido un tanto especialita para mi formación en este mundo.
-Lo sé, amor. Lo sé. -Dio un suspiro que hizo que se encogiera un poco de hombros.- El causante de la última guerra fue Alastor. Morgana le venció y 20 años después se encontró otro trozo de piedra de la profecía donde decía esto que estamos hablando ahora.
-Sherly se quedó callada un poco, arrugando los labios en signo de disgusto.- Esa puta cerilla está hasta en historia. Igh.
-Cirene dio pequeños saltos de emoción al oír eso.- A ti tampoco te cae bien, estupendo. Cerilla... -Arrugó el ceño un poco haciendo como que pensaba.- Esa me la apunto, Sher.
-Tendrías que haberle ahogado y así se apagaba de una vez. -Sherls puso su cara de "Soy inocente pero no".-
 - Cirene sonrió de oreja a oreja como una niña pequeña.- Por estas cosas te adoro tanto.
-¿Dónde te la vas a llevar?- Sherly señaló a su mejor amiga inconsciente.-
-Este pueblo no es el único refugio no registrado de meshirs. -Levantó a Ells y empezó a caminar hacia la puerta del búnker, viendo al grupo de meshirs parados, en color gris.- Los Evil Angels la están buscando y me parece demasiada casualidad que los Meshirs superiores no hayan hecho nada al respecto. Así que tengo la sospecha de que están trabajando juntos. - Ya estaban bajando las escaleras, con pequeños trozos de hielo todavía de ellas por el suelo.- Aunque dudo mucho que sea por el mismo fin. -Llegaron a un coche, fuera ya de la mansión, metió a la chica en el coche y cerró la puerta.- Me la llevo a un pueblo de Europa del Este que ni de broma se acercarán.
-¿A Europa del Este? -Se llevó las manos al flequillo, apartándoselo de la cara.- Siempre quise ir a la querida Madre Rusia -Una pequeña sonrisa se le escapó de los labios.- ¿A qué parte?
-Ahora cuando me vaya vuelve donde tu grupito de meshirs e intenta que esas cabezas huecas suyas entiendan lo ocurrido. Aunque sé que Sabine lo entenderá enseguida, con ella no tendrás problema. Además, creo que acabaréis llevándoos bien. - Abrió la puerta del conductor.- Me la llevo a Chernobyl, ciudad fantasma ahora convertida en refugio de meshirs no registrado años después de la catástrofe.
                                                                         ~o-o-o~
Parecía como si solo hiciera un segundo que Dankworth había dicho "Lo siento pero vosotros os quedáis aquí." cuando volvió a estar enfrente de ellos con su larga melena negra.
Sabine se quedó callada, de brazos cruzados pensando que había gato encerrado. Era como si no recordara lo que había hecho mientras Sherly hablaba con Cirene. ¿Cómo podía ser?
- "Elvia ¿Notas algo en ella?"-Dijo para sí, ya que solo quería que su shir la escuchara.-
-Mmm... -La diosa parecía dudativa, analizando a la chica.-  ...Tiene presencia, apenas se nota pero la tiene y... Va desapareciendo poco a poco... Curioso. 
"¿Podrías saber si es una meshir?" -La alemana tenía bastante curiosidad. Notaba algo... distinto a los demás en ella, pero no sabía el qué.-
-No sabría decirte, querida. -La diosa parecía desilusionada por no poder averiguarlo.- Tiene la presencia que suelen tener los meshirs, pero algo más débil y como ya te he dicho, le va desapareciendo poco a poco. 
-A ver, vosotros. -Dijo Dankworth de brazos cruzados, para llamar la atención del grupo.- He hablado con Cirene. Me ha explicado todo de porque se lleva a Ells y la he dejado ir.
-¿Qué? ¿Pero estás loca, Dankworth?- Hellsbeak estaba más que indignado con ella.- ¡Casi nos mata a Lawlife y a mí! ¿Quién te dice que no la intente matar a ella también?
-Hay una diferencia muy grande y es que tú -Sherly recalcó el "tú".- eres imbécil y Ells no. Y por si no se había notado le caes mal y Elly no. Y no me extraña que le caigas mal, todo hay que decirlo.- Dijo eso y toda digna le dio la espalda al chico.-
-¿Y yo que le he hecho a Weatherby? -Dijo Hugo poniendo pucheros y poniendo algo más de drama de la necesaria.-
-Que también eres idiota, obvio. -Sabine por fin habló, sin pensarlo siquiera. Le había salido del alma eso.-
-Me ofendes, Munsch. -Dijo Hugo con el corazón en la mano.- No reconoces nuestro amor y eso me entristece.
-¿Y te extraña? -Dijo ella hasta gritando un poco.-  Que te calles, que calladito hasta te soporto, Lawlife.
-Algún día reconocerás que me amas y yo te estaré esperando con los brazos abiertos y ansioso de escuchar de nuevo tu acento alemán, Sabine Kat Munsch. - Dijo el rubio llevándose las manos detrás de la cabeza y cruzando los dedos.-
-¡No me llames por mi nombre completo Hugo Francis Lawlife, primer aviso! -La alemana dio un pisotón indignada y se fue donde Sherly, dándole la espalda a Hugo como ella estaba haciendo con Dylan.- Tss, Dankwork ¿Qué te ha explicado Cirene? - Le dijo susurrando, intentando que los otros dos no las escuchara.-
-Para resumirlo, que no se puede fiar ni de los políticos de los meshirs. Los Evil Angels están trabajando para ellos y quieren quitarse a Ellysse de encima para evitar que la profecía de la Quinta Guerra Elemental no se cumpla. -Dijo con el mismo tono bajo que la alemana, mirándola con esos ojos oscuros similares a los de ella.-
-¿Dónde están?
-En un coche dirección al aeropuerto. Van al refugio de Chernobyl.
                                                          ~o-o-o~
 Se alzaba ante ella un enorme jardín de un verde tan intenso como esmeraldas. A su derecha, el enorme castillo blanco que había visto varias veces ya en sus flasbacks y sueños. Un aire suave le movía el cabello, esta lo miró. Rubio, su odiado pelo rubio. Hacía ya 4 años que en vez de ese color lo veía negro y rojo 
En lo que suponía que era la entrada había una muchedumbre, y no es que se les viera muy felices. Se preguntó que estaría pasando, así que se acercó un poco para ver si entendía algo.
-¿Cómo es posible esto? Es un vergüenza, una niña de origen humano Elegida de uno de los dioses más importantes ¡Queremos ver al viejo Stilgh! -Algunos daban golpes a la a la gran puerta de madera, en un intento de tirarla abajo.-
Ellysse. Despierta, cielo. -Notó un empujón y parpadeó un poco, despareciendo el lugar que soñaba y teniendo enfrente de ella a Cirene.- ¿D-Dónde estoy? -Dijo mientras se levantaba todavía algo anonada.-
-En un avión, Ell. -Dijo mientras le pasaba una mano por el hombro.-
-¿En un avión? -Parpadeó un par de veces, mirando a su alrededor. Ventanas circulares, asientos, azafatas... Si estaba en un avión.-
-Tranquila, te llevo a lugar seguro. -Miraba al móvil, trasteando un poco con el y maldiciendo su mala relación con la electrónica.- Con los Evil Angels furulando por Haworth y buscándote no era seguro que te quedaras allí.
-¿Dónde vamos exactamente? - Miró por la ventana, veía campos desiertos, sin plantas o solo unos pocos brotes que casi la nieve tapaba.- Esto lo he visto en algún lado, parece... -Abrió los ojos indignada.- CIrene Arianne Weatherby dime que no me estás llevando a algún lado cerca de Chernobyl -Dijo cruzándose de brazos, echándole una dura mirada.-
-Cirene soltó una pequeña risilla nerviosa.- Ups.