sábado, 22 de febrero de 2014

Capítulo 17: ...Empecemos.

Capítulo 17: ...Empecemos.
La ciudad le parecía realmente impresionante. Aunque ya hacía unos cuántos años del accidente radioactivo, los meshirs que ahora ocupaban la ciudad a la que los humanos no querían ni acercarse habían hecho un gran trabajo de limpieza y restauración del lugar.
Pequeñas casitas pintorescas de tejas rojas se esparcían por lo que serían las afueras de la ciudad, algunas con espacio suficiente para tener alguna pequeña plantación de flores ya que no se atrevían a plantar cosas comestibles por la radioactividad.
Conforme más se adentraban en la ciudad, más grandes se hacían las casas. Con más plantas de altura que las de las afuera, aunque no pasaban de las 3 plantas para no llamar la atención de algún humano curioso que estuviera con sus prismáticos observando la ciudad radioactiva. Sus colores eran de un gris envejecido, para que pareciera lo más posible a casas abandonadas.
Ya en el centro, todo eran tiendas con aspecto demacrado que poseían carteles publicitarios medio rotos o colgando en el aire que, aunque parecíeran abandonadas, estaban en perfecto funcionamiento e incluso había un cine que también usaban como teatro.
Ellysse estaba realmente sorprendida, girando la cabeza de una lado a otro para ver el aspecto de la ciudad. En historia, el señor Firesun les puso varias veces vídeos de informativos comentado el desastre nuclear y la verdad es que no se parecía en nada a lo que estaba viendo ahora mismo.
-¿Qué?- Milena giró sonriente la cabeza al ver por el rabillo del ojo los movimientos de cabeza de Ellysse de un lado a otro mientras avanzaban por la ciudad.- Nada mal para ser una de las ciudades más peligrosas de la Tierra para la salud ¿eh? -Se notaba el tono de orgullo de la pelirroja por haber conseguido tan buenos resultados.- Es genial ser el refugio más grande de toda Europa y que aún así ser un refugio no registrado ya que solo los que viven aquí y unos muy pocos afortunados saben de su existencia.
-¿Qué demonios es un refugio no registrado?  -Ellysse miró a Cirene, parpadeando un par de veces con claros destellos en los ojos en que esperaba de la chica una respuesta o explicación del significado.-
Cirene suspiró, recordando su ignorancia sobre el que ahora era su nuevo mundo, o eso suponía la morena-pelirroja al ver su gesto. La chica carraspeó un par de veces y empezó a hablar.
-Los meshirs tenemos algo así como "pueblos" por decirlo así, esparcidos por todo el mundo en el que la gran mayoría de la población de esos sitios son de nuestra raza. Aunque siempre hay alguna familia humana que sabe de nuestra existencia y se les permite vivir ahí ya que nos respetan.
De estos "pueblos" solo el 2% son conocidos por los jefes meshirs y apuntados como "pueblo" meshir en un registro. El otro 98% son como esto. -Alzó los brazos, para hacer referencia al lugar en el que se hallaban.- Refugios de los que los jefes meshir no tienen ni idea y mucho menos están apuntados como territorio nuestro. Y cuanto menos se sepa que existen, mejor.
-Después de una pausa, giró la cabeza para ver la cara de Ellysse al asimilar tanta información. Torció el gesto en una sonrisa maliciosa para después hablar algo más.- La verdad es que tengo que reconocer que con Haworth hicieron también un trabajo excelente, escondido entre las montañas y los frondosos bosques con la frontera de Gales. De verdad me creí durante unos días que era un pueblo humano cualquiera de estos perdidos en la montaña.
- Espera... -Ellysse repitió las palabras de la morena en su cabeza varias veces, intentando asimilarlas. ¿Haworth es un refugio no registrado también?
-Oh, venga. Por favor, no me irás a decir que es una casualidad que en un pueblo estemos Hellsbeak, la idiota de Aeryn, tus amiguitos con los que quedabas, Sherls...
-Ellysse soltó un grito, interrumpiendo a Weatherby, que iba para un "¿Qué?" pero se quedó en el camino y acabó en un molesto berrido por la gran sorpresa. Con la boca abierta por no esperarse escuchar eso, se acercó a Cirene y sin poder evitar gritar, dijo.- ¡¿Sherls es una meshir?!
-Ups, mi querida Sherl va a matarme por habértelo dicho. -Se llevó unos cuantos dedos a los labios, escondiendo su sonrisa más inocente que tantas veces había practicado.-
-Venga vosotras dos. -Milena se puso seria y cruzó las brazos echándoles una mirada fría con ese ligero marrón de Gaia para cortar la conversación.- Vendréis a nuestro cuartel, le debo a la pequeña Weatherby una explicación de que hago con el shir de la fallecida Tara cuando solo hace unas semanas de ello. Y como he conseguido un shir con 20 años. -Se dió la vuelta, dándole la espalda a las dos chicas y empezó a caminar, dejando solo el sonido de sus tacones chocando contra el suelo.-
Nadie se dio cuenta que a miles de kilómetros de allí, las nubes se tornaban negras. De un negro que no podrían presagiar nada bueno.
                                                                                  ~o-o-o~
Estaban inquietas, pero aún así le trajeron ropa nueva. Después de 15 años, obviamente la ropa le venía pequeña. Le trajeron unos vaqueros negros, unas botas militares negras y con detalles plateados a juego con la camisa, que tenía los botones plateados con unos bordados del mismo color en el final de las mangas. Por último, una gabardina de color rojo que le llegaba hasta algo más de las rodillas, con algunas correas negras de adorno.
Se la puso con cautela, aunque no podía ver como le quedaba le gustaba su tacto y no se la quitaría en mucho tiempo. Registró los bolsillos y encontró unas gafas de sol.
<< Me vendrán bien, llevar tanto sin ver luz y de repente verla de golpe puede dañarme la vista... más.>> Pensó el chico, que sabía que su vista nunca volvería a ser la misma de cuando era pequeño. Los 15 años a la oscuridad habían pasado factura.
-Tranquilas ¿Quieren? - Dijo el peliblanco girándose un poco para mirar donde suponía que estaban las inquietas sombras.- Saldremos enseguida, cuando los hijos de perra de los jefes meshirs nos den la señal.
-¿Cómo puedes unirte a los que te depararon a tal cruel destino como es este, Lance?- Una voz suave, de mujer resonó en su cabeza aunque estaba ya acostumbrado al tono maligno en ella.-
- ¿Nunca ha oído eso de unirse al enemigo y cuando más confiado esté darle la puñalada, Madre? -Lance negó la cabeza, rodando hacia dentro los ojos al escuchar su nombre de Nix.- Y no me llame más Lance ¿Quiere? Ya no soy ese niño.
La diosa dio una pequeña carcajada al notar la determinación en lo que su elegido había dicho respecto a su nombre.- ¿Y como quieres que te llame entonces, querido? No sé otro nombre para tí que no sea el que tus padres te pusieron, Lance.
- El chico lo pensó unos segundos, repasando mentalmente los pocos nombres que se sabía y cuando al fin se decidió, dijo firme y sin temblarle el habla.- Kyllan. A partir de ahora seré conocido como Kyllan Huntblood.
 Antes de que la diosa de la Oscuridad pudiera responderle un chirrido estridente proveniente de fuera se escuchó por todo el territorrio.
<<Los jefes meshirs... Cabrones, no sabéis la que os espera>> El chico sonrió de manera grotesca al imaginar su venganza que había maquinado miles de veces en su mente.-
-.¡Sombras! ... Empecemos, amigas mías.
Todas las sombras se difumaron, dejando a la vista el claro cielo que llevaba años sin ver. Aún con las gafas de sol, le resultaba algo molesto. Una de las sombras se puso bajo sus pies, como si él fuera en una tabla de surf pero completamente erguido y sin caerse. Todas las sombras iban directas hacia abajo, para traspasar las nubes, haciendo que estas se tornaran de negro.
-Supongo nos tocará a nosotros empezar con esto, tsk. -Dijo mientras se lanzaban rápidamente hacia Haworth.-
La Quinta Guerra Elemental había comenzado.

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