sábado, 8 de febrero de 2014

Capítulo 16: Chernobyl, la ciudad de desaparecidos nocturnos.

Capítulo 16: Chernobyl, la ciudad de desaparecidos nocturnos. 

Era ya de madrugada cuando el avión aterrizó y llegaron al aeropuerto de una ciudad con un nombre que ni sabía pronunciar.  Los años en México habían pasado factura a su inglés americano y, aunque aún entendía algo, había perdido mucha práctica con el inglés en todas sus destrezas.
Antes de coger el avión a este lugar innombrable, Cirene llamó a un contacto suyo que las guiara ya que ni ella ni Ellysse habían estado nunca en Eurpoa del Este. Con el poco inglés que se le había quedado entendió que su contacto estaría esperándolas en la salida del aeropuerto, pero...
Cuando llegaron no vieron a nadie más que a los demás pasajeros del avión saliendo con sus maletas. Cirene agarró a Ellysse de la muñeca para no separarse y entonces la vió, cuando estaba a punto de salir del complejo. 
Una chica de estatura media, aunque llevaba unas simples tacones negros de aguja. Era tan pelirroja que parecía rubia y no se libraba de unas cuantas pecas esparcidas por su cara blanca. Su pelo pelirrojo casi le caía hasta la cintura, con algunos mechones ondulados al final. Compuesta de una camisa blanca de manga larga, una falda negra básica como las de oficinistas y una finas media color carne hizo que a Cirene le entrara más frío del que ya tenía con sus 4 capas de abrigos polares. Cuando se acercaron más pudo distinguir que sus ojos eran de un verde azulado. Verdes por la partes alejada del iris que se iba haciendo azul conforme se acercaba al iris.
<< ¿Como se llamaba? Melania... O Milena. Creo que diré Milena, suena más... Raro.>>
-¿Milena? -Preguntó aún no muy segura de que ese fuera su nombre.-
-La chica giró la cabeza, mirando a las dos que habían llamado su atención con ojos curiosos. Habló con un tono bien típico ruso, pronunciando las "r" mucho.- Tú debes ser Cirene Weatherby. Milena Czukevich, un placer. Seguidme las dos, tenemos un coche esperando para ir a Chernobyl.
Entonces Cirene lo vió, un aura algo marrón que no estaba en sus ojos antes. Un aura que conocía muy bien de alguien que se había ido, supuestamente...
-No puede ser... Tara está muerta hace menos de un mes. ¿Como puede ser que tengas a Gaia?
La pelirroja sonrió sin hacer caso de la pregunta y se dirigió al coche que estaba esperándolas, mirando la pulsera que hace unas semanas pertenecía a la Elegida de la Tierra.
                                                                       ~o-o-o~
Ya hacía horas que sus dos mejores amigas se habían ido. Y la habían dejado sola, con el idiota de Hellsbeak quejándose a Hugo. Por suerte no todos los meshirs eran unos cabeza huecas como esos dos y Sabine tenía algo más de sentido común, aunque se había llevado a Grace a una habitación para arroparla porque ya era bien tarde.
Soltó un suspiro de cansancio por tener que escuchar a los dos idiotas hablando cuando una voz ronca y grave resonó en su cabeza.
-Dankworth.
-<< Hombre, hoy estás hablador viejo.>> -Dijo Sherly en su mente, intentando disimular su sorpresa de que Cronos le hablara cuando las pocas veces que había hablado, ella había comenzado la conversación.-
-Menos cachondeo, Dankworth. Te recuerdo que soy más que un Dios. Soy uno de los Titanes. Uno de los primeros.
- <<Ya, ya. Si hablas es que es algo importante. ¿Qué pasa?>>
-Los Dioses están removidos, Dankworth. Todos sabemos que se avecina y para desgracia nuestra no todos váis a ser del mismo bando.
-<< Yo no soy uno de esos cabrones después de como me trataron el Día de la Elección>>
-Oh, bueno. No serás una meshir de linaje original pero tú eres la Elegida del Tiempo después de 200 años en los que ninguno de los" grandísimos" de linaje original lo lograra.
- <<Si no fuera porque sé como eres diría que me estás defendiendo, Cronos.>>
- Bueno, si te elegí fue por algo. Recuerda, todos tendréis que elegir. Sea del linaje que sea. Y quería advertirte de algo.
- <<Suéltalo, Cronos.>>
-Es algo complicado... Será más fácil de entender si lo cuento como una historia:
  " Hace 15 años, en un Día de la Elección como cualquier otro, un niño de cabello algo rizado y gris como la ceniza fue llamado a ser Elegido. El niño era algo... reservado, e incluso tímido. Pero se dirgió a la sala con paso firme, sin miedo. Era una de las cualidades que nadie sabía del chico, era valiente. El viejo le ayudó a subir y mentiría si no dijera que me llamó la atención, pero no. Había algo que no me convencía del todo.
Pero hubo uno de los Dioses que vió en el su potencial, pero por desgracia para el niño esto sería su perdición y cambio radical de todo lo que conocía hasta ahora.
La llama salió negra como el carbón. Fue elegido por la Diosa de la Oscuridad y la Noche, Nix.
Los jefes meshirs se reunieron en el santuario para descutir con los dioses que hacer con el niño. Varios como Meredith, Azrael y yo no estuvimos de acuerdo. Pero la mala fama de los Elegidos de la Oscuridad nos ganó y le mandaron al peor sitio posible. Al territorio de los rashir, como si él fuera uno de ellos. No se merecía acabar así."
- <<... Así me das más motivo para que me déis Dioses y meshirs asco. Sin ofender, tú eres de los pocos que te libras. ¿Y toda esta historia para...?>> -Pensó Sherly, cogiéndole en su interior mucho más asco del que ya les tenía a sus "compañeros" y pensando que lo que le pasó al niño fue injusto.-
Es de las pocas cosas que no podré perdonarme por no conseguir convencerlos.- Por un momento el Dios parecía apenado de verdad.-  Esta historia viene porque hemos notado un aura más... oscura de lo normal en el territorio de los rashirs y tenemos la sospecha de que puede ser él, planeando algo con ansias de venganza y me gustaría que estuvieras atenta por si notas algo parecido."

- << Me fijaré, no te preocupes. Pero...>> -Sherly cogió aire y gritó bien alto, ya harta de escuchar el murmullo de Hugo y Dylan todo el rato que estuvo hablando con Cronos.- ¡Si estos dos imbéciles se callan puede que me concentre con mayor facilidad!
Y como si los Dioses le hubieran hecho caso, de repente los dos se callaron. Sherly se dió la vuelta con sonrisa triunfante para mirarlos y vió a Dylan y Hugo flotando dentro de un torbellimo, con las manos en la garganta en una notable señal de que no podían respirar. Cerca de ellos, una sonriente Sabine controlaba el torbellino con una mano.
-¿Alguien pidió silencio?
Una cosa le quedó clara a Sherly esa noche, Sabine le caía bien.
                                                                       ~o-o-o~
Negro.
Eso es lo que ha visto desde los 6 años. Negrura. Dudas. Desesperación. Odio.
Pero ahora lo tenía todo planeado. Ya no volvería a ver esta negrura, por fin las dejaría libres. Ellas, sus únicas amigas. Y la mujer que las controlaba. Ellos tampoco eran sus amigos, pero juntos podrían vencer a los que llevan años discriminándoles. Por ser diferentes. Por algo en el que ninguno de ellos pudo decidir. Se lo impusieron. 
Ahora todo iba a cambiar, las dejará libres. Las controlará y dejará que los engulla a todos y los aplaste, como los discriminadores habían hecho con su vida. Hace 15 años.
Las sombras, ellas eran sus únicas amigas.
                                                                            ~o-o-o~
3 horas después de montar en el coche y un silencio de los más incómodo, Milena y las otra dos chicas salieron del coche.
Le había hecho gracia la sorpresa de Cirene al verla la tenue aura marrón en sus ojos. Era lo malo de ser Elegida de la Tierra y tener los ojos claros.
Se paró de golpe, viendo la ciudad radioactiva a lo lejos. Extendió un brazos para hacer que Cirene y Ellysse se parasen.
-Quedaos quietas ahí, somos meshirs pero no inmunes a la radioactividad. -Conforme acabó de hablar se agachó, juntó sus manos y luego las puso en el suelo, creando una capa protectora de tierra.- Listo. Venid.
Las chicas estaban detrás suyo, conforme se acercaban se iba oscureciendo el cielo.
<< Bendita la hora que entre todos creamos la capa ilusioria.>>
Al llegar, cientos de meshirs las esperaban, unos sonrientes, otros de brazos cruzados con rostro expectante.
Milena abró los brazos y dio media vuelta para mirar a las chicas, que estaban algo atónitas.
-Bienvenidas a Chernobyl,  la ciudad de los desaparecidos nocturnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario